En la vida del fútbol no todo es lo que parece ni lo que aparenta

03.03.2013 06:57

 

Dice Andrés Cabo, presidente del Once Piratas con un desahogo que conmueve, que ser directivo de un equipo como el suyo es muy difícil y complicado. Que a él, este equipo modesto le cuesta mucho tiempo y dinero. Y  tiene parte de razón el bueno del empresario de la ciudad turística, porque hay gente alrededor de un partido de fútbol empeñado en complicarle la vida a los demás. Y a Andrés Cabo, chistoso, atento y cariñoso, donde los haya le liaron la vida anoche en el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa Heliodoro Rodríguez López, entre el Once Piratas y el Santa Úrsula.

El inconveniente no lo es para el presidente del Colegio de Árbitros Norberto Castilla, ni para sus delegados y árbitros, no lo es tampoco para el Alcalde y su corporación municipal y menos para el Concejal de deportes de esta ciudad, Juan Carlos Marrero. Por una simple razón porque todos ellos cobran sus buenos sueldos y algunos no atesoran tanto, pero algo recaudan y por lo tanto pasan un kilo, del bueno y dicharachero Andrés Cabo y de todo lo que ocurre alrededor de un partido de fútbol regional. Bueno, literalmente hablando, de lo que acontece en el Estadio el Peñón, como diría yo “En la Catedral del fútbol Regional Canario”. Lo de “Catedral” por la cantidad de deportista que hay y por los buenos futbolistas que cuenta por todo el Archipiélago, por las infortunadísimas instalación como se encuentran,¡¡CLARO, QUE NO!!

Que sea fácil o difícil ejercer de presidente de un equipo como el Once Piratas hay que valorarlo mucho y depende más de una filosofía de vida por los sentimientos a unos colores, a unos deportistas y a una familia entera que no hay el más mínimo respeto hacia ello.

Todo esto que les cuento, viene porque anoche se tenía que haber jugado el partido de la Copa Rodríguez López entre el Once Piratas y Santa Úrsula y se presentaron los dos equipos una hora antes, llegaron los árbitros formados por Omar Luis Acosta, auxiliado por Carlos Díaz García y Pedro Melian Mesa. Los aficionados comenzaron a entrar al campo pagando su correspondiente entrada y todo parecía normal.

Cabo, el presidente orgulloso de ver los nuevos focos que de su propio bolsillo (500 a 600 euros), se había gastado y que daba cierta iluminación en el Estadio el Peñón, para que se juegue ese encuentro. Inclusive, durante toda la temporada el propio club local ha jugado todos sus partidos con horario nocturno y no se habían puesto ninguna pega o ningún problema, ni por parte del Ayuntamiento, ni por parte de los árbitros. A la sazón, uno se pregunta. ¿Quién dio la orden para que ese encuentro no se juegue? El Once Piratas quería, el  rival, el Santa Úrsula más de lo mismo. Los árbitros que manifestaron que había recibido alguna orden de sus superiores, porque si no había focos o luz artificial suficientes, el partido iba a ser suspendido. Estuvo también el delegado de la zona norte del colegio de árbitros, Gonzalo Hernández e incluso para más seña, también se presentó el miembro de la corporación municipal,  Jonás González.

Por muchas vueltas que se le da a toda este descoco uno no llega a comprender nada de nada. Me gustaría que alguien explicara donde está el fondo del problema. Si hay guerra de vecinos, es decir si la delegación del Norte no le cae bien el conjunto local, el Once Piratas o viceversa. O que el Presidente del Colegio de Árbitros, el `portuense Norberto Castilla Yanes, tenga alguna cuenta pendiente con el gobierno municipal.

En profundidad, la raíz del problema está en el señor Alcalde, Don Marcos Brito que está perfectamente arropado por un ejército de palanganeros, que pasa un kilo y hasta una tonelada de los que sucede en su pueblo y los que sucede en el Peñón, que el mismo es fiel reflejo de la situación de esta bella ciudad, en total decadencia. Ellos son los verdaderos culpables, que no se les dé más vuelta a la cabeza. Hace poco vino a jugar el juvenil de Las Palmas al Peñón con el juvenil Puerto Cruz y en esos días de fuerte calores, el campo no se pudo regar, porque las tuberías de agua están rotas. Y, como no hay dinero para pagar a la compañía el capital que se les adeuda de otras cuestiones, pues no hay agua. Imagínense el desastre tan grande que se habrán llevado los filiales amarillos de la ciudad, pues al final del partido los juveniles, me imagino que también sucedió con los locales, tenían llagas bajo sus pies. Y damos gracias a nuestro Santos, porque algo ha llovido y con ello este problema ha venido a menos, pero cuando comience apretar de nuevo el calor quien es el “Guapo” padre o madre que deje jugar en este campo a sus hijos.

Y en este bello campo, vuelvo a repetir, por su calor, no por su resplandeciente instalación que la misma brilla por su ausencia. En este Peñón donde salen jugadores a miles debajo de las piedras por usar este término tan popular, suceden cosas tan escandalosas como las que le cuento. Luego, viene lo de los árbitros, es vergonzoso que uno digan que si y otros que no y más pusilánime que decidan aplazar el partido veinte minutos antes de su comienzo. Que criterios van a tener con los partidos nocturnos. Espero que lo ocurrido sirva como punto de inflexión. Como decimos por aquí, por la Ranilla, de la gente de a píe, hay gato encerrado y que este Estadio o esta ciudad no lo arregla ni el medico chino

Gregorio Dirta www.deporpasión.com