EL JUVENIL SAN FELIPE MARCÓ UNA ÉPOCA IMPORTANTE EN EL PUERTO DE LA CRUZ

03.05.2013 10:25

 

Si hubo un equipo que terminó de convencer a todos los portuenses, aparte del representativo, fue el Juvenil San Felipe, cuando usted habla con cualquier persona del Puerto de la Cruz y le menciona el nombre, inmediatamente sale de su boca “un increíble equipo”, cada jugador que ha pasado por él siempre recuerda al equipo como "el que dio la talla", "un tremendo conjunto", "jugaban de maravilla", "los mejores jugadores estaban ahí", "un presidente como la copa de un pino", "Don Ángel era un monstruo".

Todos estos calificativos positivos, eran la tendencia habitual de todos aquellos que formaron o vieron jugar al Juvenil San Felipe.

Yo, tuve la suerte de pertenecer a este equipo formado por grandes jugadores, que dejaron el semblante de talentos, en algunos casos, y que seguramente en estos momentos serían grandes figuras del fútbol nacional, y vaya usted a saber, si algunos hasta internacional. En el San Felipe no jugaba cualquiera, necesitabas tener algunas dotes futbolísticas diferentes a lo habitual para formar parte de él. La mediocridad no era fuente cotidiana, y cada uno de los jugadores pertenecían, a esa estirpe de talentos en potencia y que cuando destapaban algo de su botellita, era un tino de admiración entre los espectadores.

Cuando jugábamos partidos, el campo siempre contribuía con aportaciones importante de colores en sus gradas, infinidad de espectadores.

Viene a mi mente una temporada, concretamente, la pretemporada, que jugamos con todos los equipos de categoría regional, Real Unión, Realejos, Puerto Cruz, San Andrés, Orotava… y tuvimos la “desgracia” de ganarle los partidos a todos ellos, lo que indicaba el gran potencial que atesorábamos, e incluso alguno de esos equipos solicitaron a nuestros jugadores para que se incorporaran a sus filas, al final de la temporada.

Israel Hernández, mi amigo, q.e.p.d., porque entre otras cosas se convirtió inmediatamente amigo de todos, pero con una especial predilección con aquellos que le daban la tabarra, conducta habitual en muchos de nosotros, forma parte de esas personas, amantes del fútbol, que son capaces de dar todo por el fútbol, y que llevan el fútbol en las venas, no paraba de animar, gritar e incluso alza la voz tratando de que nosotros cumpliéramos con el trato firmado, y que no era otro que jugar de la mejor forma posible, como habíamos prometido, y la verdad que poco motivo tenía de quejarse de nosotros.

Yo, a Israel le pude despedir en su casa, días antes de morir, porque lo visitaba bastante, y hasta en esos momentos me hablaba de fútbol, me comentaba incidencias y novedades de fútbol, y lo que termina por honrar a todos aquellos que han pasado por el San Felipe, se acordaba de todos o gran parte de todos aquellos que fueron sus pupilos. Me contaba anécdotas de muchos de mis compañeros y de algunas que resurgieron en su mente de antaño. En esos momentos de transición sabía que su equipo, su vida se tornaba en sus vivencias, y dentro de ellas, como fuente fundamental, me hablaba del San Felipe, y de todo lo que en él vivió como presidente.

También fue presidente del C.D. Puerto Cruz, otro de sus grandes amores, pero eso lo contaremos en otra ocasión.

En esta primera parte quiero contarle lo que fue este gran equipo portuense a los jóvenes que viene surgiendo para que vean que todo se puede conseguir con esfuerzo, y con grandes personas, más que directivos, que también son importantes.

En estos días les comentaré más de la historia y de anécdotas del San Felipe.